‘LUJO A PRECIO JUSTO’. #46zeronou 13/10/2017 Urban VLC

Escrito el 13. Oct, 2017 por en Blog

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Sobre el tapete de la moda de lujo imperan nuevas reglas. La exclusividad se paga, porque cada vez son menos las concesiones que las grandes marcas ofrecen a sus distinguidas clientelas, un culto que va volviéndose en pernicioso a la par que sugerente: si me quieres, si me necesitas, si estás loco por mí, ¡sufre!

Vuelven definitivamente las marcas a su posición deseada, y eso que hace unos años empezamos a esconderlas cortando etiquetas y utilizando bolsas blancas, que al salir de las tiendas más que de una boutique parecíamos venir del horno. espués intentamos buscar los mismos productos en los outlets: para qué pagar un precio escandaloso si lo mismo, atemporal, podía costarte un 80% menos.

Recuerdo un batallón de zombies emergiendo del outlet de Prada en la Toscana, en un pueblecito perdido, un polígono industrial, unas calles desiertas, una atmósfera campestro-gorgonzola y…., de repente, un montón de taxis de los que bajaban y subían japoneses, chinos, americanos, latinos y algún que otro valencianet, faltaría más.

Fue una visión que guardo en mi retina como oro en paño: cuando me introduje en la nave industrial a través de una puerta casi chirriante, todo se tornó de color, apareció ante mí un gran bazar y me sentí cual Jep Gambardella en ‘‘La grande belleza’’.

Volviendo al asunto de la manera de comunicar desde las grandes marcas, los intentos de vender con descuentos ha llevado a alguna de ellas incluso a disminuir sus ventas. El quid de la cuestión es que vayamos a exigir el precio justo de una prenda dándonos el parámetro la cultura de su manufactura o del proceso de producción, amén de los añadidos que la convierten en inaccesible o mismamente objeto de seducción.

Digamos un no rotundo a las rebajas de las grandes firmas, derribando tal actitud especulativa del porqué pagar hoy el cien por cien de un producto, cuando sólo en apenas dos meses podemos contar con un suculento descuento. ¿Porqué premiar a aquellos que no comprarán jamás un producto de lujo a su precio original? ¿Porqué castigar a los compradores usuales que mantienen las firmas?

Las opciones alternativas a estos postulados existen, aunque no se trata de hacer una exaltación del lujo versus el low-cost, sino de posicionar cada producto en su medida y mercado adecuado. En cierto modo, se trata de incentivar el cariño de los clientes que sí valoran la marca y pueden pagarla.

Lo que no se puede consentir es que si haces un esfuerzo por tener una prenda exclusiva o has podido adquirirla gracias a que tu economía te lo podía permitir, en la temporada y momento en que había que comprarlo, luego te lo encuentres por la mitad de precio. ¿Es que no lo valía cuando lo compraste, o es que te estaban tomando el pelo?

Lujo sí, a precio justo, sin rebajas y premiando la fidelidad.

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